EL
DEPORTE Y LA MUERTE SUBITA
Se define muerte súbita como aquel deceso producido
1 (una) hora después de iniciados los síntomas.
Si bien este tipo de accidentes se da con alguna frecuencia
en la vida diaria, no lo es tanto en atletas aunque,
cuando ocurre en deportistas, generalmente se produce
una gran conmoción en la comunidad debido a la
fundada suposición de que aquel que hace deporte
tiene minimizados los riesgos en cuanto a su salud.
Este impacto es potencial cuando se trata de deportistas
conocidos, en especial en el fútbol donde han
habido varios casos en los últimos tiempos y
que la gente difícilmente olvida.
Las estadísticas dicen que la muerte súbita
en el atleta, previamente sano, está en el orden
del 0,0005% al año. Si bien las causas pueden
ser diversas, la etiología más frecuentemente
señalada es la de origen cardiovascular. Así
podemos mencionar a la enfermedad del músculo
cardíaco de origen congénito (miocardiopatía
hipertrófica) como la vedette que lidera todas
las causas seguida por el sindrome de Marfán,
las anomalías de origen de las arterias coronarias
y la estenosis de la válvula aórtica,
todas ellas de origen congénito. Luego, se pueden
mencionar otras causas tales como el golpe de calor,
el mal asmático (asma inducida por el esfuerzo),
etc, generalmente muy infrecuentes debido a que los
deportistas ya están bastante concientizados
respecto de los recaudos a tomar para evitar estos males.
Respecto de la miocardiopatía hipertrófica
o la hipertrofia septal asimétrica o la estenosis
subaórtica hipertrófica dinámica
son entidades que afectan al miocardio (músculo
cardíaco) y que cursan con falta de aire (disnea),
dolor de pecho (angina) y síncope por arritmias
que casi siempre pueden ser detectadas en una prueba
de esfuerzo ergométrica (!). La causa de la muerte
en estos individuos está vinculada con un exceso
de demanda de oxígeno por parte del miocardio
no satisfecha lo que ocasiona los síntomas mencionados
y desencadena las arritmias que comprometan la vida.
Algo parecido ocurre con la estenosis aórtica
que implica una restricción a la salida de sangre
del corazón por una obstrucción congénita
de la válvula aórtica.
El síndrome de Marfán es una enfermedad
compleja que presenta múltiples patologías
en diferentes aparatos, por ejemplo luxación
del cristalino, aneurisma de aorta toráxica,
alteraciones musculoesqueléticas con hiperextensibilidad,
pectum excavatum, aracnodactilia (dedos alargados),
etc, todas relacionadas con la enfermedad subyacente
que es la laxitud del tejido conectivo. La mayor mortalidad
que esta enfermedad produce se debe a sus manifestaciones
cardiovasculares (ruptura de un aneurisma de aorta).
El biotipo corporal del hábito marfanoide es
el longilíneo (alto y delgado), modelo de excelencia
en muchas disciplinas deportivas.
En cuanto a las anomalías congénitas de
las arterias coronarias es muy difícil hacer
un diagnóstico ya que los portadores de las mismas
son generalmente asintomáticos y en sus exámenes
físicos no se encuentran anormalidades.
Lo que sí es importante recalcar es que la mayoría
de estas patologías pueden y deben ser detectadas
y tratadas convenientemente. En primer lugar los exámenes
clínicos simples permiten detectar soplos característicos
de las estenosis aórticas o de las miocardiopatías
hipertróficas. Asimismo frente a un hábito
marfanoide se procede rápidamente a solicitar
algunos estudios que esclarezcan el diagnóstico.
Un electrocardiograma devela el hallazgo de arritmias
que orienten a un diagnóstico y desde ya la invalorable
ergometría que detecta anormalidades durante
el esfuerzo que no aparecen en reposo. Este es el objetivo
sobre el cual se debe trabajar para que algunas muertes
de atletas que compiten sin el verdadero conocimiento
de su respuesta cardiovascular al ejercicio puedan ser
evitadas.
Finalmente es importante recalcar la necesidad de realizar
exámenes médicos exhaustivos y que, en
virtud de comprobar algunos de estos padecimientos,
conocer que el deporte competitivo debe ser evitado
permitiendose una actividad física controlada
y supervisada con monitoreo de la función cardiovascular.
Dr. Jorge Osvaldo Jarast.
www.cardiofitness.com.ar